El estrés es cada vez más común en la población, afecta a todas las edades y no solo está relacionado con problemas laborales sino también relacionados con la familia, la escuela o la rutina.
¿Qué es esto del estrés?
A menudo se entiende como una respuesta corporal indefinida a un estímulo particular que provoca adversidad. Es una respuesta psicológica y biológica en la que el cuerpo se prepara para hacer frente a la amenaza. Esta respuesta es un conjunto de síntomas que pueden ser muy similares a los de la ansiedad o la depresión, en los que las personas suelen experimentar ansiedad excesiva, dificultad para dormir, tensión muscular y problemas gastrointestinales.
El estrés crea un cambio en el cuerpo donde se concentran áreas de pensamiento, emoción, comportamiento o respuesta. Incluso la energía personal o la motivación pueden fluctuar, reduciendo el desempeño.
Es una reacción emocional que se manifiesta de diferentes formas en cada persona.
¿Cuáles son los síntomas más comunes del estrés y en qué niveles se puede representar?
Entre los síntomas más comunes que suelen manifestarse en casos de estrés, podríamos representarlos en tres niveles.
Nivel uno
En el primer nivel, los síntomas pueden manifestarse de manera benigna y aislada.
A menudo se caracterizan dolor de cabeza, malestar estomacal o tensión muscular. A veces puede sentirse más ansioso de lo habitual y un poco más cansado y lento de lo habitual.
Aquí, es importante que empieces a tomar conciencia para determinar qué desencadenante o disparador está provocando el problema. Este es el paso más importante porque mucha gente se lo salta diciendo frases como «esto también pasará».
En este punto, debes comenzar a agregar actividades o espacios de cuidado personal y descanso para mejorar tu salud y evitar que el problema se agrave.
Nivel dos
En el segundo nivel los síntomas empiezan a ser más frecuentes en el día a día y son principalmente dolores de cabeza, dolor abdominal o cansancio general, así como malestar al despertar.
En general, en este nivel, los síntomas son muy similares a los de la ansiedad, porque hay un aumento de la intensidad de la ansiedad, que, a diferencia de la ansiedad, está asociada a un estímulo estresante.
Además de la tensión muscular, también es importante sentirse estresado, por lo que puede sentir que está a punto de perder el control. Los síntomas médicos pueden aparecer sin una causa obvia, como irritación de la piel, caspa y nervios alterados.
En este punto, es imperativo que te ciñas a tu rutina de cuidado personal y, si es posible, encuentres un equilibrio en tus actividades.
Es en este momento donde debes consultar un especialista y añadir rutinas de meditación o mindfulness.
Nivel tres
Aquí es cuando los síntomas ya son parte de un problema mayor y podrían haberse desarrollado cuadros complejos si no hubiera prestado atención a los niveles anteriores.
En el peor de los casos, podrías tener presión arterial alta, diabetes, problemas cardíacos o problemas para dormir. También problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
Además, te sientes tan ansioso que sientes que estás a punto de perder el control, que puedes perder a través de una respuesta verbal o física. Las molestias serán comunes y sentirás que “te molesta todo”
En esta etapa, debe acudir con un terapeuta o médico para saber si necesita ayuda con medicamentos y diversas actividades recreativas y de bienestar.
¿Qué te estresa?
Puedes identificar el estrés cuando sientes:
Tensión en tu cuerpo: cuando ha pasado por un largo período de tiempo en el que no puede relajarse o descansar.
Demasiada carga: Cuando tienes mucho que hacer y te sientes abrumado por las responsabilidades.
Enojo crónico: Cuando se está irritable o de mal humor durante mucho tiempo.
Cansancio injustificado: Cuando te encuentras más cansado de lo habitual. Muchas preocupaciones: cuando tu cabeza sigue pensando en el futuro, te sientes deprimido, asustado por el futuro o golpeado por los plazos.
Sentimientos de acoso: cuando se encuentra en una situación de conflicto, se siente presionado, criticado o juzgado.
Falta de placer: Cuando pasas mucho tiempo solo, aislado y con prisas.
El estrés cognitivo también puede incluir poca confianza en la capacidad de una persona para manejar problemas o superar dificultades, sentirse fuera de control sobre las cosas importantes en la vida y la incomodidad ante los problemas inesperados.
Otra forma de definir el estrés es a través de la metáfora del pensamientoy el tiempo:
Cuando piensas mucho en el futuro, puedes preocuparte de más…
Cuando piensas mucho en el pasado, puedes hasta deprimirte…
Y cuando piensas mucho en el presente, te estresas…
En efecto, el estresor que provoca el estrés está en el presente de una persona, no es un evento pasado o futuro, sino parte de su realidad presente.
Además, la Asociación Americana de Psicología (APA) ofrece la Escala de Intensidad del Estrés. Chécalo aquí.
Tratamiento para el estrés
El estrés de fase aguda, como el nivel tres mencionado anteriormente, se puede tratar con:
El Apoyo psicoterapéutico te permite desarrollar habilidades para hacer frente a la situación en la que te encuentras.
- Tratamiento con medicamentos, en caso de que los síntomas sean tan graves que no sea posible conciliar el sueño.
- Puedes realizar modificaciones en la forma en que te relacionas con tu trabajo o factores estresantes. Enfrentate al pensamiento de que si estás estresado porque tu forma de hacer las cosas ya no funciona, necesitas hacer un cambio en tu vida.
- Practicar «la atención plena» (mindfulness) o la meditación te permite desarrollar aún más una conexión con tu cuerpo, esto es, hacerse conciente del momento presente.
- Realiza alguna actividad física.
- Equilibra tu dieta evitando las comidas rápidas o procesadas. Procura seguir una dieta saludable.
¿Qué ofrece Terappy®?
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es una forma de terapia psicológica centrada en la comprensión de los pensamientos, emociones y conductas. Esta forma de terapia se utiliza para ayudar a los pacientes a cambiar sus pensamientos, emociones y comportamientos para mejorar su salud mental. Se utiliza para tratar una gran variedad de trastornos mentales, incluyendo trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, trastornos alimenticios, trastornos de estrés postraumático, trastornos obsesivos compulsivos y trastornos relacionados con el uso de sustancias.
Así mismo, la TCC utiliza una variedad de técnicas para ayudar a los pacientes a identificar patrones de pensamiento y comportamiento dañinos, reemplazarlos con pensamientos y comportamientos más saludables y ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades para lidiar con la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales.